¿Qué nos pueden decir sobre el comportamiento de Sirora? ¿Es una variedad tan buena como señalan los ensayos?
Miguel G., Ciudad Real
Responde:
Stefano Armadoro, asesor de Pistacium Mediterráneo (Facebook, LinkedIn, Instagram) pistacium.mediterraneo@gmail.com
Sirora es una variedad australiana desarrollada por el CSIRO gracias a los investigadores Maggs y Alexander a partir de una selección entre plantas obtenidas por polinización abierta de la cv Red Aleppo.
Es muy interesante por su gran precocidad, su vigor, facilidad de injerto, elevado porcentaje de frutos abiertos y productividad. De hecho, es la más precoz de todas.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con los datos de productividad que aparecen en los ensayos preliminares ya que son de plantaciones jóvenes donde, obviamente, el cultivar más precoz obtiene los mejores datos.
Su precocidad permite recuperar más rápido la inversión, pero en un cultivo de mirada larga como el pistachero, hay que observar todos los aspectos, también los negativos.
Para empezar, es una variedad nueva en la península. La plantación más antigua tiene entre 14 y 15 años. Aún no sabemos su comportamiento a largo plazo. Esto aumenta los riesgos.
Pese a los datos de Australia, nos dimos cuenta de que la situación cambia con el clima y los suelos del centro peninsular. Por ejemplo, habiendo trabajado en la parcela del Chaparrillo de Sirora en regadío, que ahora tiene 13 años desde el injerto, he comprobado personalmente que la baja vecería que debería presentar en realidad no es así en Ciudad Real. La parcela dio en 2018, con solo 8 años, 1.450 kg/ha de pistacho seco (con vanos) y al año siguiente solamente 350kg/ha, dejando claro que, contrariamente a los datos australianos, incluso en los primeros años hay una fuerte vecería.
Imagen 1: Cosecha del 2018: 2200 kg para 1,55 ha.
Imagen 2: La increíble cosecha del octavo año.
Imagen 3: Ejemplar totalmente defoliado y con fruto momificado. Post cosecha
Imagen 4: Ejemplar con importante defoliación y momificación de frutos. Pre-cosecha.
Imagen 5: Baja calidad del producto después del secadero. Muchos peludos, manchados y granos defectuosos.
Imagen 6: Detalle de los frutos en pésimo estado de salud. Casi secos en el árbol.
La poda es bastante más complicada respecto a otros cultivares. En cornicabra, las ramas tienden a caerse y en UCB-1 la situación mejora, aunque alcanza unas dimensiones que podría incrementar los costes de poda en el futuro. Para un inexperto es muy fácil cometer grandes errores en la formación.
También observé su gran susceptibilidad a las enfermedades criptogámicas de la hoja. En el 2020 sufrimos un fuerte granizo y al año siguiente unas fuertes lluvias en agosto. Los tratamientos desafortunadamente se realizaron con retraso, pero esto me permitió observar que Sirora enferma mucho más que Kerman y Larnaka, llegando a ver plantas con ramas entera defoliadas y 3/4 de la cosecha momificada en la planta justo en época de recolección.
Por último, hablamos de la comercialización. Tiene un elevado porcentaje de abiertos, pero con un tamaño menor que el habitual del pistacho ibérico que empieza a hacerse famoso en Europa. Tampoco alcanza el color de Larnaka u otras tempranas.
En mi opinión, se trata de un fruto con un buen sabor en seco y color, pero hay que aclarar su futuro en la comercialización.
Sirora es una gran variedad con muchos lados oscuros. Personalmente me encanta y la conozco muy bien. Pero como profesional no puedo recomendarla sin aclarar primero los riesgos, estudiar el tipo de plantación y las necesidades del agricultor.
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