La jornada divulgativa de innovación en el sector del pistacho, celebrada el pasado 25 de junio por el CIAG El Chaparrillo del IRIAF, ha puesto encima de la mesa los retos que afronta el sector en materia agronómica, industrial y comercial, con numerosas cuestiones que reflejan el momento de transformación y profesionalización que vive el cultivo.
En materia comercial, el sector demanda la creación de una organización interprofesional fuerte que, entre otras cuestiones, impulse campañas exitosas de marketing. En la jornada se evidenció que la huella hídrica y la huella de carbono del pistacho en secano es de las más bajas de todos los alimentos ricos en proteínas. Sin embargo, esta ventaja no se aprovecha para hacer una acción de comunicación y lanzar una imagen de alimento sano y sostenible. Es una de las líneas de trabajo que podrá incluir el futuro plan estratégico del sector que están elaborando Unión de Cooperativas y la Consejería de Agricultura de Castilla-la Mancha.
Respecto a las necesidades de la industria, los ponentes de la jornada reconocieron que falta experiencia en los procesos industriales, con grandes pérdidas de energía tanto en el secado como en el almacenamiento, con un uso excesivo de agua y una gestión complicada y costosa de los residuos (a los que se les puede dar salida con proyectos como la creación de bioabonos).
Uno de los ejemplos que ralentiza el procesado es la gran cantidad de hojas que se recogen durante la cosecha, así que se demanda un manual con instrucciones precisas sobre el momento óptimo de cosecha. A la vez, también se apuesta por redactar un protocolo de escandallo consensuado entre el sector y la administración por la falta de consenso que existe habitualmente en la valoración de la cosecha.
Por último, sobre el manejo agronómico del pistacho, se evidenció la falta de materias activas para el tratamiento de plagas (chinche, clytra, mosquito verde) y enfermedades (septoria y verticilium) por lo que es necesario la creación de una amplia red de parcelas experimentales. O directamente renunciar al manejo en ecológico en zonas de alta humedad ambiental, como Vega del Tajo.
También se debatió sobre los beneficios e inconvenientes de las cubiertas vegetales, para lo que también hacen falta manuales de manejo; sobre los posibles problemas de sincronía en la polinización (ya se investigan las opciones de la polinización asistida); o la incertidumbre que genera el cultivo de alta densidad por imitación de otros cultivos leñosos. Hay que estudiar, se dijo, patrones enanizantes y variedades con gran capacidad de rebrote tras la poda. Ya hay fincas comerciales en marcos de 6×3 y de 5,7×2,2. En este sentido también se discutió sobre las dificultades que afrontan las explotaciones pequeñas y la necesidad de unión de los agricultores pequeños para asumir más riesgo empresarial, pero también un beneficio mayor en la cadena de valor.
La jornada, celebrada en Tomelloso (Ciudad Real) contó con la asistencia de más de 200 personas y una veintena de expertos del sector, entre ellos, los investigadores del CIAG el Chaparrillo Esaú Martínez, Raquel Martínez y Antonio Ruiz-Orejón.
Igualmente, intervinieron Mario González, director técnico de PistachoPRO; Julián Guerrero, asesor de campo de Omniapistacho; Fernando Mañas, jefe servicio de cultivos leñosos del ITAP ; Javier Gallego, director técnico de Agroptimum; Fernanda Serrano, presidenta de SAT Agropecuaria El Monte; Javier Martín, Solagro Ingeniería; José Ángel Torres, gerente de Europea del pistacho; David Pérez, gerente de Satdelcampo; Juan Gallego, gerente de Iberopistacho; José Miguel Salcedo, Ingeniero industrial y agricultor; Jesús Peñaranda, técnico sectorial de Unión de Cooperativas de Castilla-La Mancha; José Antonio Peña, jefe de ventas de 49 Pistachos; Ignacio Lobato, director de Domopistacho, y Enrique López-Tello, presidente de la asociación de productores de pistacho de Albacete.
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