Adrián Jiménez, ingeniero agrícola, productor y técnico especializado en pistacho en la cooperativa ACOR
El frio es un gran aliado en el reposo invernal, momento en el cual el árbol de pistacho necesita acular suficientes horas de frio para una correcta brotación y floración siendo un factor imprescindible y que crea serios problemas en aquellas plantaciones que no acumulan lo suficiente durante el invierno.
Este aliado imprescindible en el invierno, se convierte en uno de los peores enemigos cuando llega “a destiempo” y ese frio sucede durante los periodos en los que el árbol ya ha entrado en actividad, en los meses de abril y mayo, coincidiendo con los momentos críticos de floración, cuajado y crecimiento del fruto, momento en el cual, al cultivo le favorecen las temperaturas estables y crecientes, poca amplitud térmica, una baja humedad relativa y ausencia de lluvias copiosas.
Serán zonas de alto riesgo aquellas que se alejen diametralmente de esos factores favorables (entre otros muchos que también habrá que conocer), pero existen otras zonas con un riesgo intermedio en las cuales el cultivo de pistacho también se está desarrollando de forma rentable aun padeciendo episodios gélidos en momentos críticos.
En estas zonas con probabilidades de frio primaveral y cuando este acontece, pueden sucederse diversos problemas de desarrollo del cultivo, desde una interrupción o latencia de este en su brotación, hasta la perdida grave de producción pasando por problemas fisiológicos y posteriormente fúngicos al aumentar la susceptibilidad del cultivo a plagas y enfermedades. Estos daños se acentúan aún más en aquellas áreas donde el termómetro baja fatídicamente por debajo de cero, produciéndose heladas con resultados muy variables y muy graves en muchos de los casos.
El pistacho es particularmente sensible a las heladas, teniendo una tolerancia muy baja a las temperaturas bajo cero durante las etapas de brotación y floración y las consecuencias van a depender de:
La combinación de esos factores climáticos en el contexto agrícola, van a producir distintos tipos de heladas:
Las consecuencias de estas heladas en combinación con el estado de la plantación, pueden ser muy variables, desde unos daños inadvertidos, pasando por lesiones en flores, frutos o quemaduras en las hojas, hasta la pérdida total de la producción de ese año, condicionando también la del siguiente al producirse daños graves en los brotes que tienen que albergar las yemas de flor del año siguiente.
Si nuestra plantación se encuentra en una zona de riesgo medio-alto de heladas primaverales, debemos conocerlo y estar lo más prevenidos posible contando con sistemas que prevengan sus efectos:
Medios pasivos para mitigar los efectos de las heladas: se toman mucho antes de que llegue la helada y son aquellos que no requieren energía adicional ni uso activo de maquinaria ni instalaciones
Medidas activos: Cada método tiene sus propias ventajas y desventajas y ha de ir acompañado con unas buenas herramientas de predicción y aviso de los momentos de heladas.
Quema de Pacas de Paja: método tradicional consistente en la quema controlada de pacas de paja mojada o fardos de heno para generar calor y humo en el área del cultivo. El calor producido puede ayudar a aumentar la temperatura ambiente, mientras que el humo puede reducir la pérdida de calor por radiación.
Es un método simple y económico, especialmente si se dispone de paja u otros materiales para quemar. El humo puede ser útil para disminuir la radiación nocturna. Pero muchas veces la eficiencia del método es baja y no tiene los resultados esperados y puede ser inservible sobre todo cuando la helada es fuerte y duradera, además, puede ser un riesgo de incendio si no se controla adecuadamente y causar problemas de contaminación del aire.
Ventiladores
Instalación de grandes ventiladores en el campo para mezclar las capas de aire, trayendo aire más cálido desde arriba hacia abajo. Esto ayuda a evitar la formación de bolsas de aire frío cerca del suelo.
Es un método eficiente para áreas más grandes y puede ser controlado de manera automática o manual. No obstante, además de poder suponer un coste inicial alto, su efectividad depende de las condiciones atmosféricas, especialmente de la existencia de una capa de inversión con aire más cálido en la parte superior.
Este mismo efecto se puede llegar a conseguir, y así se utilizan quien lo tiene accesible, con helicópteros.
Ventiladores con Calor
Similar a los ventiladores, pero con la adición de un sistema de calefacción que calienta el aire antes de dispersarlo por la parcela, esto proporciona un efecto adicional de calentamiento. Ofrece mayor protección que los ventiladores sin calor, especialmente en condiciones de frío extremo y mejora la eficacia en áreas críticas.
El coste de instalación es aún mayor que el de los ventiladores sin calor al necesitar una fuente de combustible o electricidad para el sistema de calefacción.
Calefactores Móviles
Se trata de calefactores de aire caliente portátiles (normalmente en un carro arrastrado) que se mueven por la parcela en un ruta pre organizada y dimensionada, para distribuir el calor de manera uniforme. A menudo, estos calefactores usan gas propano o parafina para generar calor.
Ofrecen flexibilidad para enfocarse en áreas específicas siendo eficaces en la protección de áreas críticas. Como desventajas mencionar que requieren combustible para su funcionamiento, puede suponer una fuerte inversión en equipos además de necesitar tractor u otra máquina automotriz para su movimiento.
Quemadores o estufas de Parafinas
Consiste en distribuir estufas o calentadores portátiles que funcionan con parafinas o keroseno por toda la parcela en la proporción necesaria en función del tamaño de los árboles y la diferencia de grados a aumentar para generan calor localmente y evitar que las temperaturas bajen demasiado.
No dependen de ningún suministro eléctrico, proporcionan calor directo y pueden ser efectivos para áreas pequeñas o específicas. Como desventajas está la mano de obra que requiere su distribución y el coste que puede ser alto. También se pueden generar emisiones y olores que no son deseables además de poder suponer un riesgo de incendio.
Riego Antihelada
Uno de los métodos más eficaces si se dimensiona y utiliza bien. Consiste en rociar agua sobre los pistachos durante la helada. Esta agua al congelarse libera calor latente, manteniendo la temperatura de las plantas cerca de 0 grados Celsius, protegiéndolas así de temperaturas más bajas. El riego ha de ser continuo desde que comienza la helada hasta que se deshiela toda la campa alrededor de frutos y hojas.
Es un método muy efectivo para mantener la temperatura constante durante las heladas y se puede aplicar a grandes áreas con el sistema de riego adecuado pero requiere un suministro de agua constante, puede ser costoso, consumir mucha agua y necesita ser controlado cuidadosamente para evitar encharcamientos o daños estructurales en el árbol por el peso del hielo.
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