“El alomado o caballón es una solución bastante acertada para evitar el estrés hídrico”
¿Qué alternativas hay para solucionar posibles problemas por estrés hídrico?
Jerónimo G, TOLEDO
Responde:
María Ballesteros Requena, técnico de Appistaco
El estrés hídrico puede llegar a ser un problema en el cultivo del pistacho, tanto por exceso como por defecto, por eso es importantísimo conocer las características edáficas de nuestros suelos y determinar qué patrón es el más idóneo según sea su textura.
Por lo general, el pistachero necesita un suelo con un drenaje óptimo, evitando en todo momento encharcamientos, de ahí que siempre se recomiende plantar en suelos francos.
En los últimos años se han hecho estudios de viabilidad y adaptabilidad en distintos suelos, se ha comprobado que se pueden usar terrenos con tendencia arcillosa en patrones como Ucb-1, que tolera un cierto porcentaje de humedad alto, con menos riesgo de asfixia radicular y más tolerancia a ciertos hongos.
Para ello hay que seguir un cierto plan de adaptación, con un análisis de suelo como punto de partida e intentando siempre mejorar la estructura de nuestros suelos.
El uso de “alomado” o caballón ha resultado ser una solución bastante acertada para evitar este tipo de estrés, mejorando en gran medida la filtración de agua y su correcta distribución por la raíz.
También el uso de cubierta vegetal controlada puede ayudarnos a evitar la erosión y así evitar pérdidas por escorrentías o filtraciones demasiado rápidas, como ocurre en suelos con tendencia arenosa.
Otra técnica de mejora es el uso de compost u estiércol, que no solo va a actuar de enmienda orgánica, sino que además va a mejora el drenaje, al aumentar la porosidad y consistencia del suelo.
Debemos tener en cuenta todos estos factores antes y después de plantar, porque un buen manejo del suelo va a determinar un correcto desarrollo radicular y, por tanto, un desarrollo vegetativo más rápido y vigoroso.
Es importante no abusar de riegos copiosos que al final puedan tener consecuencias negativas o, por el contrario, no tener capacidad de retención ninguna debido a la naturaleza del suelo y sufrir una cierta deshidratación.
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